EL EMIGRANTE
Regresa la normalidad, después del verano y llegada del
otoño. Muchos vuelven al trabajo, otros lo pierden a causa de la crisis. Pero
demasiados hacen como la escultura que tenemos en la dársena de “A Laxe” en el
puerto de Vigo. Obra de las manos del escultor Ramón Conde. Representa al
emigrante que sube al barco y lo llevará a América, lejos de su familia. Escena
que se ha repetido durante décadas en este puerto. Emigrantes gallegos escapando
de la represión y el hambre, con su maleta en mano abandonan su patria en busca
de un futuro para los suyos. La figura recuerda a los que han tenido que irse. Pero
dime: ¿lo has vivido en tu familia?
La historia se repite. Y hoy día se marcha una generación de
jóvenes formados. Ya no saben que hacer para encontrar una oportunidad.
“Buscar” es la palabra que repiten hora tras hora. Finalmente, se van y dejan
atrás todo esto, como antes lo hicieron sus abuelos, padres….y ahora también puedes
ser tú.
Ver esa escultura estremece. Transmite tristeza, sentimiento…Pero
te pregunto una vez más: ¿Cuántos regresaron? ¿cuántos murieron lejos de su
patria? ¿cuántas noches recordaron su Galicia natal?
Ojalá señores, esta generación sea el último eslabón de la
cadena que debe abandonar su país en busca de trabajo. Un ojalá incierto,
porque muchos somos los que un día soñamos con prepararnos para poder ejercer
en nuestro país y tener una oportunidad.
Pena, penita, pena…ver ir grandes promesas de
investigadores, químicos, arquitectos, biólogos, ingenieros, traductores, maestros,
médicos….Los formamos para llevarlos USA, Alemania, Arabia, Irlanda…podría
seguir…Y mientras tanto nuestros políticos pregunto: ¿Qué hacen?
Como colofón, hoy me quedo con la letra de esa canción que
lo dice todo: “Adiós mi España querida dentro de mi alma te llevo metia, aunque
soy un emigrante jamás en la vida yo podré olvidarte. Cuando salí de mi tierra,
volví la cara llorando porque lo que más quería atrás me lo iba dejando…”
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