viernes, 19 de noviembre de 2010

LOS OLVIDADOS

Pronto llegará el invierno y esas gélidas noches invernales, en las cuales apenas salimos de nuestros hogares. Pero ahí fuera están muchas personas, “Los sin techo”. Ahí os dejo un escrito, el cual nos puede hacer reflexionar a más de uno….Acompañado de dos videos: "Mira a las personas sin hogar" y "Los sin techo".

LOS OLVIDADOS

Pasa el verano, otoño…Y así cada año. Pero hay algo que no cambia en esta ciudad que crece día a día. Haciéndose conocida por los cruceros que hacen escala en el puerto de Vigo. Ciudad en la que se crean parques, monumentos…Pero olvidamos algo que contemplamos todos los días, por las madrugadas, al ir al trabajo, a estudiar…Y por la noche de regreso a casa. Las farolas iluminan los portales de los edificios, los cajeros, los bancos de alamedas...que guían las vidas de los indigentes. Los ves en la calle, en la esquina, aquí, allí, más allá…Adormilándose en los cajeros, en los bancos de Plaza de Compostela, Arenal, El Castro…Ahí pasan la noche. Pregunto: ¿Por qué hay tantas discrepancias para buscar un edificio o lugar en esta ciudad, para darles cobijo? ¿Por qué tantos dilemas entre este edificio u otro? Señores, paso el verano, y aun seguimos igual. Llegará el invierno. Se avecina el frío, lluvia, temporales…Y ellos están en la calle. Una noche más a la intemperie. ¿Cuantos indigentes tienen que morir para hacer algo? Sus vidas son historias increíbles. Un día lo tuvieron todo. Y ahora nada…solo soledad en un recoveco donde pasar la noche. El artículo 47 de la Constitución Española habla del derecho a una vivienda digna. Algo que debería hacer pensar a más de uno…Dejémonos de esos tira y afloja entre este sitio u aquel. Piensa por un momento. ¿Y si fueses tú el hombre o mujer sin techo?, ¿Te lo estás pensando? Un día de invierno prefieres no salir por el umbral de tu hogar. Permanecerías en el sofá enroscado en una manta, viendo la TV, acompañados de amigos, familia… o de una taza de café bien calentito…
Por un segundo piensa que será de ellos en invierno…Pregunto: ¿Cerraremos los ojos un año más? ¿Nadie hará nada? ¿Por qué? Por ser pobres, por no tener estatus…Hay algo más…Ser humanos, no cerréis los ojos a una realidad que vemos todos, ciudadanos, visitantes, caminantes del mundo etc.…
Recuerdo el cuento Hans Christian Andersen, de la vendedora de fósforos de la que nadie se acordó. Hasta el día que murió en aquella helada nochebuena...Solo puedo decir que hoy son ellos los que necesitan un techo. Y mañana, podemos ser tú y yo…



viernes, 5 de noviembre de 2010

VIVIR A CIEGAS

Llego noviembre y muchos cambios en nuestras vidas, unos previstos y otros no…
Ahí os dejo un nuevo escrito acompañado de la música de Serafín Zubiri, con la canción “Colgado de un sueño”.

VIVIR A CIEGAS
Poder observar la hermosura de todo lo que nos rodea es algo que nos hace especiales, tener el don de ver los mares, el horizonte, las noches estrelladas, los atardeceres, el rostro de, nuestra familia, nuestros hijos…Todo ello es un milagro, un milagro como el hecho de tener un mundo en el cual existe diversidad de razas, de países…Hoy hago mención a la importancia de poder ver, de poder expresar muchas veces lo que vemos, o que otras veces transmitimos con nuestra cara, con un gesto, con una mirada…Todo tiene un significado cuando uno puede verlo. Pero todo cambia cuando no se puede ver, cuando la ceguera está presente en tu vida desde que naciste, o desde un momento determinado de tu vida, todo ello hace que tu vida cambie, todo da un vuelco. El miedo se apodera de ti, la inseguridad, la incertidumbre de escuchar todo a tu alrededor y no saber a donde ver, ya que no puedes percibir esa luz, la agonía se hace visible, hasta el punto de que solo puedes sentirte seguro en tu entorno cercano. Otras veces ese temor no desaparece, ya que ahora todo es diferente, sentirse atrapado en un mundo donde ya no hay color. Un mundo en el que el color no es lo primordial, donde el físico deja de ser importante, donde el tacto, olfato y el oído juegan un papel muy importante, donde cada uno pondrá cara a esa voz melodiosa, aguda, o estridente…Si por un buen rato nos vendásemos los ojos podríamos entender esa realidad con la que tienen que convivir día a día estas personas: cuando caminan por nuestra ciudad, cuando cruzan en un paso de peatones, cuando deben de esquivar el socavón, saltar el bordillo de esa dichosa acera en la que acabas metiendo el tacón o zapato y acabas maldiciendo… Todo ello, es la rutina con la que deben hacer su día a día. Es admirable la valentía que tienen al saber defenderse ante cualquier situación, ante la adversidad, con la ayuda de sus guías, eses hermosos perros lazarillo, sus ojos, y su fiel compañero en todo momento.
Como colofón decir que ahora podemos imaginar lo difícil o fácil que puede ser la vida que le ha tocado vivir a cada una de estas personas. Y lo admirable que es ver como día a día van superando esos pequeños escollos que se presentan en su caminar. Solo decir que me quedaría con unas palabras de un conocido escritor, el cual dice tanto al expresar la hermosura de las cosas tan sencillas: “A veces cierro mis ojos y toco leve tu mano, leve toque que comprueba su forma, que tienta su estructura, sientiendo bajo la piel alada el duro hueso…”